Alguien dijo una vez que la vida es lo más parecido que hay a un cubo de rubik, complicada, pero siempre con una solución.
Ninguno de los dos nos queremos, somos personas completamente distintas, no tenemos planes de futuro similares, no tenemos algo en común de lo que hablar, no hay amor cuando nos miramos, no hay pasión cuando nos quedamos a solas, no hay comprensión cuando el otro tiene un problema.
Hemos pasado a ser dos extraños que se llaman un día a la semana durante una escasa media hora deseando colgar, hemos pasado a ser dos personas que tratan de retrasar ese duro momento en el cual se separan, apartan sus manos, bajan la mirada y se desean suerte.
Soy joven, pero me he equivocado tantas veces que ya podría escribir una saga de libros sobre mis errores.
Equivocarse es bonito, es crecer, ¿Que es lo peor que puede pasar?, Todo tiene solución excepto la muerte.
Quiero tener un amor en cada continente, quiero despertarme con una persona sin ataduras, quiero crecer, y cuando sea el momento, estar lista para plantearme tener algo serio con alguien.
No entiendo por que todos tenemos tanta prisa por encontrar novio antes de los 20 años, si lo mejor es ir de fiesta, divertirte, estar cada semana con alguien diferente... mi plan en la vida es asentar la cabeza con 30 años, me quedan 12 años para llegar a la 'edad límite', mientras tanto me prometo a mi misma que no pasará un solo día en el que tenga lugar una anécdota que contar, vive ahora, libre, arrepiéntete cuando tengas edad de arrepentirte, que esto es el siglo 21 y aquí los problemas se arreglan a base de chupitos de Vodka y no a base de llantos.
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