Saturday, November 30, 2013

El día raro

¿Sabes esa sensación de saber que eres libre y no poder quitarte tus propias cadenas? No sé si me explico, pero me encantaría hacerlo.
Hay días en los que no nos apetece ni salir de la cama. Días en los que nos quedaríamos durmiendo una semana entera. Y n sabemos por qué.
Lo cierto es que siempre hay un motivo por el que no nos sentimos bien con nosotros mismos. Quizá algo ajeno, o nosotros mismos, que no sabemos como remediar los errores de la vida.
He aprendido que los errores enseñarán, pero que de muy pocos de ellos aprendemos. Que por mucho que dicen que todo se olvida, donde hubo fuego siempre quedan cenizas, y que aunque nos dediquemos a barrer una y otra vez, siempre habrá una esquinita en la que se escondan esos resquicios del corazón, esas ganas de luchar por algo que sabemos de ante mano que realmente no vale la pena.
Pero no importa. ¿Sabéis por qué? Porque tropezaremos mil y una veces con la misma piedra, pero conoceremos milímetro a milímetro cada poro de ellas. Y me gustaría brindar. Brindar porque estoy segura de que algún día llegaremos a superarla y será ella la que tropiece con nosotros.
Y será entonces cuando ya estaremos en el camino de otra persona, en otro momento, en otras circunstancias. Y vale la pena. Ya lo creo que vale la pena. Porque todos merecemos ser felices. Merecemos levantarnos de la cama con ganas de vivir cada día. Merecemos tener a una persona a nuestro lado que nos diga el bien que le hacemos..
Ojalá lo entiendas, que sí, que la esperanza es lo último que se pierde. Y que agua que pasa no mueve molinos.

Why is the silence so loud?

Lo habría dado todo, desde el principio hasta el fin, y lo sabes. Lo sabes de sobra. Sabes que habría empeñado cada músculo, hueso, cada parte de mi cuerpo en conseguir hacerte feliz, en conseguir hacernos felices. Pero pocas cosas salen como una las planea. Y no te juzgo, bueno, en parte no. 
Debería hacerlo, porque solo sabes tu lo que realmente te mueve a actuar como lo estás haciendo. Supongo, bueno más que suponer, sé que hay algo detrás. Miedo, otra, no lo sé. Y la verdad no me importa. O al menos eso pretendo. Las personas demuestran mucho en poco tiempo, siempre lo he pensado. Y tu lo has hecho. Pero al contrario de todo el mundo. Has demostrado más en estos dos meses que en todo el tiempo que prometías que estaríamos juntos. 
Sinceramente no tengo ganas de reprocharte nada, ni de comerme la cabeza. Ya pasó. Todo lo malo se olvida. Y te aseguro que no vas a ser más que eso, un simple recuerdo. Un error del que aprender o del que sacar pocas cosas en claro. 
Muchas gracias por haberme demostrado la persona que llevas dentro. Ojalá encuentres a alguien que sepa entenderte, porque lo que está claro es que yo dejé de hacerlo hace mucho tiempo.