Saturday, April 7, 2012

he doesn't mind

El roce de labios después de tanta guerra fue el mejor invento. Nos movíamos por la ciudad en el autobús en el que meses antes me habrías cambiado por la chica de ojos azules, y era bueno. Te observaba mirando al suelo y era bueno. Temblabas con las llaves entre los dedos, me convertí en el motivo de sonrisas y temblores y no había nada mejor. Soportamos lo peor y nada más pudo tumbarnos.

No comments:

Post a Comment