Me paro un segundo de mi vida, y miro a mi al rededor.
Ya no estás ahí cada mañana para desearme los buenos días, para conseguir sacar una primera sonrisa a las 7 de la mañana. Ya no, las cosas han cambiado; hemos pasado de serlo todo en la vida del otro a no ser nada.
Cuando me resbalo en la ducha me acuerdo las veces que te decía que tuvieras cuidado en no resbalar, que pusieses la alfombrilla. Cuando me tomo una hamburguesa, de esas precocinadas, te recuerdo sentado en la mesa de mi cocina, esperando el plato con cara de niño pequeño, mirándome con esos ojos..
Cuando escucho un ruido de alguno de ellos, miro para ver si por algún casual tú estás ahí. Cuando escucho tu voz mis ojos se iluminan de nuevo. Cuando veo que te vas sin dar un beso, y que has mirado, y sabes lo que hace daño, veo maldad en tus ojos de niño.
Cuando recuerdo todas las conversaciones, las fotos, los momentos, las salidas, las entradas, las mesas del McDonald's, tu chaqueta en mi armario, tu olor en el cajón de la ropa de invierno..
Entonces me pregunto que ha sido de lo que sea que tuviéramos.
No comments:
Post a Comment