no, no, mejor dicho, sin mejores amigos.
Al fin y al cabo, por un motivo o por otro, los amigos, se van perdiendo, algunos se van a vivir a otros lugares, y con esos pierdes el contanto, pero haber, es normal, la distancia hace el olvido, es lógico.
Sin embargo, si hay algo que he aprendido a lo largo de todos estos años de vida, esque los amigos de verdad, los mejores amigos, no se pierden.
¿Sabes? Desde pequeña, recuerdo que tenía mejor amiga, esa de la que nunca te separas, esa a la que invitabas cada fin de semana a tu casa, para que se quedase a dormir y bla bla bla.
Y yo, odibaba enfadarme con ella, aunque frecuentemente lo hacía.
Solía decirle que ya no sería más mi mejor amiga, y en realidad, me dolían mis propias palabras, aún teniendo solamente tres años.
Ahora, me doy cuenta de que esas amistades pasan, es normal, cuando somos pequeños, nos relacionamos con todo el mundo, todos nos llevamos bien con todos.
Pero mirame ahora, creo que soy exactamente igual que cuendo tenía tres, e incluso 6 años.
Me duele perder a mis amigos, a mis verdaderos amigos.
¿Por qué? Pues muy sencillo, yo no soy una persona a la que le guste esa clase de gente que tiene un mejor amigo cada día, porque esos, son los que más solos están en la vida, créeme.
Es simplemente, porque en cada recoveco de mi corazón, ya hay una parte de ellos, y si me la intentas quitar, me estarás haciendo daño, muchísimo daño.
Pero bueno, todo esto no viene al caso, esto solo se trata de demostrar afán de amistad, de verdadera amistad.
Eso, que algún día nos prometimos el uno al otro, eso, que a pesar del tiempo, y de las malas rachas sigue estando.
Gracias, por pertenecerme, por hacerme sentir bien, por todos esos abrazos, que durante toda mi vida recordaré, sí, sin duda, las verdaderas amistades son para toda la vida.
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